sábado, 19 de abril de 2014

VIERNES SANTO: La Crónica

Después de TRES años sin tener un Viernes Santo completo, llego la calma y pudimos disfrutar de las cuatro cofradías que en la jornada de ayer hicieron estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.
Expiración fue la primera en salir y la primera en hacer la aparición en la Catedral gaditana. Si hay un sitio angosto, complicado y donde las cuadrillas se tienen que esforzar al máximo ese es sin duda el final de la calle Compañía (conocido en Cádiz como el túnel de Compañía). Nosotros nos situamos un poco antes de este punto, ya que por seguridad no es conveniente ponerse en esta parte ya que literalmente no pueden pasar los pasos si hay gente ahí. Y como si de una salida se tratase, el crucificado de la Expiración se tuvo que recostar, pasar a ruedas y una vez en el ensanche delante la iglesia de Santiago erguir al Cristo y continuar con su discurrir. Previamente venía luciéndose (esta vez sin riesgo de ningún tipo como el pasado 2014) a los sones de Polillas que en Compañía interpretaron La Saeta.
De igual forma tuvo que maniobrar de una manera complicada el gran palio de la Virgen de la Victoria. Con unos sones muy elegantes de una marcha complicada de escribir “Mediatrix Omnium Gratiarum” de José Peña Rubio interpretado por la BM Virgen de la Estrella de Puerto Real avanzó el paso hasta el punto “critico” donde tanto Juan Manuel Gallardo como sus hombres trabajaron duro para que la Virgen de la Victoria en su paso de estilo malagueño entrara en la plaza de la Catedral.    
Desde la Coronación Canónica no la veíamos en la calle. Pero al fin la Virgen de los Dolores de Servitas Coronada piso las calles de Cádiz ya con este título en un Viernes Santo. Sones de la Muerte de Ases acompañaron la salida del paso de palio de la Virgen de Servitas, con una maniobra complicada la de salvar tanto los tres escalones de San Lorenzo así como la estrechez de la calle Sagasta obligando a un giro inmediato cuando el paso haya salido así como la pendiente de la calle.
La BM Maestro Dueñas con tambores roncos (destemplados) en este día de luto por la muerte de Señor, acompañó al palio con una selección de marchas fúnebres como Virgen del Valle, Jesús de las Penas de Pantión ó incluso la subida a Catedral con la maravilla de Cristo de la Expiración de D. Germán Álvarez Beigbeder.
De igual forma hizo el Cristo de las Siete Palabras, saliendo desde la Merced como lo viene haciendo desde el traslado definitivo a esta sede. Sones de cornetas y tambores marchaban tras el único paso de misterio que llamaba la atención tanto las nuevas potencias plateadas del Señor así como los faroles de plata también.
Sin duda la mayor expectación del Viernes Santo era ver en la calle a la Buena Muerte. Y así fue, desde cerca de una hora antes, en San Agustín no cabía un alma para la salida de la cofradía del Silencio. A las 21h45 deberían de haberse abierto las puertas pero hasta las 22h no hicieron lo propio a su vez que apagaban las luces tanto de San Francisco como de la propia plaza. Comenzaban a salir penitentes.
No tardarían en aparecer el cuerpo de acólitos y en salir sumido en el paso el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Una vez fuera, fue elevado por encima de los cuatro hachones que escoltan el paso mientras que sonaban los primeros motetes de la capilla Musical.
Con un suave “listo” el capataz ordenó levantar el paso que de inmediato comenzó a girar sobre su eje a la derecha para encarar San Francisco acompañado por los sones de las horquillas.
Minutos más tarde, tras la penitencia y los hermanos con hábito negro de los tramos de palio, hizo acto de aparición el nuevo paso de palio de cajón de la Virgen del Mayor Dolor, encendido al completo su candeleria.  

Con tres golpes de martillo el paso se levantó para cumplimentar la maniobra de salida así como la puesta en marcha del palio hacia la Catedral. Una imagen muy bonita fue ver el palio desde la esquina de San Francisco con Cristóbal Colón, ya que a lo lejos se podía ver acercar el palio tan solo iluminado por la cera de los penitentes y la candeleria de su palio. Como dijimos antes, la espero mereció la pena.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario