jueves, 17 de abril de 2014

MARTES SANTO: Crónica

Era Martes Santo. Y no volvimos a mirar al cielo. No hizo falta. Y se escuchó en San Antonio “que sale el aguao y no llueve”. Se cumplió, las cinco cofradías salieron a la calle y ninguna tuvieron problemas para realizar al completo sus estaciones de penitencia.
A las 17h20 salió de San Antonio la Archicofradía de Columna. Mucha gente estaba agolpada en la plaza del San Antonio (en la parte que daba la sombra) para ver la salida del Cristo azotado. En una maniobra realizada a ruedas, el paso de misterio a los sones del Himno Nacional salió a la calle entre un atronador aplauso. El paso comenzó a caminar tras el que formo un palio de respeto y la Agrupación Musical Sagrada Cena de Cádiz.
Minutos más tarde, cuando el Señor se adentraba por San José, nuevamente los sones del Himno Nacional anunciaban la salida del palio de la Virgen de las Lágrimas (una de las dos que salían en la jornada). Sones de Lágrimas de Cubiles y Procesión de Semana Santa en Sevilla por parte de la Filarmónica de Conil acompañaron los primero compases de este palio de cajón en la calle.
A las 18h45 hizo lo propio desde Santa Cruz, Sanidad. Después de un año 2013 nefasto (sin salir en el Vía Crucis Oficial así como la Estación de Penitencia), el sol estaba presente en la salida de esta cofradía de negro. Los sones de Mayor Dolor de María acompañaron los primeros compases del misterio hasta que se asomo a la puerta. En ese momento, los sones de horquilla y capilla musical acompañaron el caminar de este misterio que preside la imagen de Láinez Capote, que estrenaba una túnica lisa en color damasco.
Tras él, marcho el siempre esperado palio de la Virgen de la Salud, comandado por Andrés Cano y con un repertorio exquisito interpretado de manera magistral por la BM Gailín de Puerto Serrano. Sones de Sanidad acompañaron su salida del templo, estrenando así al completo el bordado de las bambalinas laterales (tanto interior como exterior).
Sones clásicos de Font de Anta y Amarguras pusieron junto a los tambores destemplados los pelos de punta a más de uno mientras el palio descendía hacía Obispo José María Rancés.
Mientras Sanidad bajaba por el Pópulo camino de la Catedral, por Cobos accedía a la misma Jesús Caído, más concretamente la Virgen de los Desamparados. Sones de Domingo de Ramos sevillano con La Estrella Sublime y Virgen de la Paz dieron acceso al primer templo a la imagen que venía desde San Francisco.
Hasta que Sanidad no dejase el pasillo de Cobos libre, Ecce-Homo trataba de apretarse entre Cristobal Colón y Cobos. El Señor de San Pablo, el del manto rojo, hizo la curva de entrada en Cobos de una manera soberbia por parte de sus cargadores. Impresionante fue sin duda, esa manera de aguantar la marcha entera sin “dar fondo”. Tras el vino su madre, la Virgen de las Angustias, acompañada de San Juan Evangelista. Con un repertorio muy clásico y tocado de una manera excepcional por parte de la BM Virgen de la Estrella de Puerto Real. Prueba de ello, en este mismo sitio, la el giro a los sones de Sevilla Cofradiera de Gámez Laserna.
Por San José venía uno de los barcos de nuestra Semana Santa: el Cristo de la Piedad. Sones trianeros de la del Norte, la BCT Santísimo Cristo de la Victoria de León acompañaba al misterio que comanda Manuel Ruiz Gene, que nos deja siempre con la boca abierta en todos los pasos que lleva.
Si el Cristo de la Piedad anda de maravilla, qué decir del palio de las Lágrimas y esa banda que lleva de Maestro Dueñas. Sones de Grau y La Quinta Angustia para encarar San José desde Ancha. Mucha gente presenció esta vuelta así como la recogida en la plaza de la Catedral, que se está convirtiendo en una de las más concurridas de la Semana Santa.
El año pasado nos quedamos con las ganas, a causa de la lluvia, de ver el paso del Caído por la plaza de Mina, pero este año si pudimos contemplarlo. De una manera muy elegante pasaron tanto Jesús Caído con una serie de marchas clásicas (Alma de Dios, Nuestro Padre Jesús de la Victoria, …) por parte de una banda que sonaba muy fuerte como es Virgen de la Oliva de Vejer que formó el Señor. Luego, si en Catedral sonó La Estrella Sublime, en Mina volvió a sonar López Farfán esta vez con su Pasan los Campanilleros entro y avanzaba por la plaza de Mina seguida de otra marcha clásica donde las haya, Pasa la Macarena de Gámez Laserna.

Sin duda, tercera jornada de procesiones en la calle sublime, donde el calor estaba presente, si bien es cierto que el viento de levante amaino un poco la sensación de temperatura siendo necesario algún tipo de prenda que nos acompañase por la noche. 

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