martes, 31 de marzo de 2015

Maravillosa jornada de Lunes Santo tanto en San Francisco, la Viña y el Mentidero



Lunes Santo es sinónimo de barrios: la Viña y el Mentidero. Y por supuesto es día también de San Francisco.
Nuevamente la Viña se echó a la calle para acompañar a su cofradía de la Palma, a su Cristo de la Misericordia y a su Virgen de las Penas, con un andar muy elegante como solo su cuadrilla sabe hacer. No eran siquiera las 15h45 y mientras se abrían las puertas de la pequeña parroquia de la Palma, un atronador aplauso inundaba la calle de La Palma donde miles de personas se agolpaban pudiéndose ver cabecitas de los asistentes hasta más allá de la calle Lubet.
En apenas un suspiró, el Cristo, recostado y a ruedas salió por la cancela mientras los rayos de sol le alumbraban la cara y el dorado resplandeciente del canasto del misterio. Como es habitual, al izarse el Crucificado para erguirse sobre el paso, los sones de la Marcha Real interpretados por la BCT Santísimo Cristo de la Vera-Cruz de Utrera lo iban acompañando. Tras ellos, sones trianeros de Ahí Quedo entre otras de las marchas que interpretó la banda.
Tras él, largas filas de penitencia que abrirían las filas de penitentes que acompañaban a María Santísima de las Penas. Sones del Himno Nacional acompañan la complicada maniobra de salida así como una salva de aplausos y vítores hacía la Virgen, la Reina de la Viña. Su marcha, Virgen de las Penas, del maestro Abel Moreno, mientras Ramón Velázquez guiaba a sus hombres en la primera maniobra en la calle llamando la derecha “alante” y la izquierda atrás a los sones de una composición que solo conocemos que tenga en su repertorio la Soledad de Cantillana y que vino de maravilla para este giro. Luz en la Soledad de Oscar Navarro fue la interpretada mientras que con su fuerte el paso se perdió buscando la plaza Pinto.
Si la salida de la Palma fue algo espectacular, no hay palabras para describir la entrada del palio de la Virgen de las Penas a lo largo de toda la calle Virgen de la Palma. Una cuadrilla incombustible, un público aplaudiendo, expectante y con ganas de disfrutar y una banda que no paró de tocar enlazando marchas con marchas entre las que se coló alguna saeta. Cádiz Cofrade, Palma Coronada, Mi Amargura, Esperanza de Triana Coronada (muy esperada por algunos) y Virgen de las Penas fueron las elegidas para esos últimos momentos del palio en la calle.
Acababa de salir perderse el palio de la Virgen de las Penas por la calle Hermano Ignacio y el Prendimiento inició su estación de penitencia desde el Carmen. Uno de los grandes estrenos de esta Semana Santa 2015 en Cádiz sin duda la talla del paso de misterio de Jesús prendido en el Huerto de Getsemaní al cual siguió con sus sones la AM Sagrada Cena de Cádiz con interpretaciones como Al Señor de la Salud o Himno de San Antonio, ambas marchas que se pudieron escuchar en la calle Calderón de la Barca justo antes de entrar en la plaza Mina.
Tras las filas de hermanos penitentes con antifaz color turquesa llegaba la Virgen del Patrocinio. La cuadrilla comanda por Paco García Palos con esas “levantás” mantenido el palo en el aire y hacer una bajada suspendida y suave al hombro, todo ello acompañado por la Filarmónica de Conil, que por el citado sitio interpretó la marcha Aurora de Santa Marina de Abel Moreno.
San Francisco se abrió por primera vez en la tarde del Lunes Santo a las 5 de la tarde para que la hermandad de la pregonera de la Semana Santa, el Nazareno del Amor se pusiera en la calle buscando la calle San Francisco y realizar la estación de penitencia en la Catedral. Después del susto del año pasado a la salida, este año la plaza estaba absolutamente callada – la banda esperó - y solo se escuchaba la voz del capataz que muy tranquilamente sacó a sus hombres agachando para salvar la cruz. Una vez fuera, el Padre José Luís Salido fue el encargado de dar la primera levantá del misterio mientras la AM Polillas entonaba la marcha Nazareno del Amor. Minutos más tarde, haría lo propio la Virgen de la Esperanza, con un exorno floral muy llamativo y que inundaba de olor las calles allí por donde pasaba. A los sones del martillo en manos de Rosa Mª Cossi, pregonera de este año de la Semana Mayor, el paso se levantó al cielo comenzando a sonar la misma marcha que ella propuso para sonar en el pregón, Esperanza Franciscana de Gabriel Vadillo, interpretada por la BM Pedro Álvarez Hidalgo de Puerto Real.
El punto sobrio como cada Lunes Santo vino nuevamente desde San Francisco. Desde allí y puntualmente a las 19h40 se abrieron las puertas del convento para que la Vera-Cruz comenzase su estación de penitencia. Sones de la primera saeta del Silencio para capilla abrían el cortejo con la Cruz de Guía más antigua de la Semana Santa.
Recostado sobre su paso, salió el Crucificado de la Vera-Cruz, con una maniobra muy medida. Una vez erguido, el paso comandado por Benito Jodar, comenzó a andar a “paso horquilla” siendo el primero de la Semana Santa que lo hace, como es habitual.
A parte de este equipo es especial ver – ya por tradición – como sale la Virgen de la Soledad. Como se prepara esa cuadrilla con esas cuerdas amarradas a la mesa del palio y con la Virgen tan cerca de todos. Los sones del Himno Nacional acompañaron la salida y comenzó la maniobra de levantar el paso para colocarles las patas y liberar las ruedas. La anécdota sin duda fue, mientras que se colocaban los remates de las bambalinas, se percataron por parte de la priostía de la hermandad de unos alicates que, del montaje, entiéndase, se habían dejado en el techo del palio.  
Cuando Joaquín Cortes ordenado levantar el paso, los sones destemplados de la banda de Chiclana, Enrique Montero, comenzaron hasta que sonó la maza en el plato, marcando el inicio de la marcha Soledad de Escobar con la que la Virgen se adentró en la calle San Francisco. Algo que sí debería de cuidar esta experimentada cuadrilla es la altura de los maniguetas delanteros, siendo algo antiestético la gran diferencia de altura entre la manigueta y el hombro de los cuatro manigueteros delanteros.

lunes, 30 de marzo de 2015

Domingo de Ramos y de sol en el estreno de la Semana Santa



Al fin llegó el ansiado Domingo de Ramos para los cofrades de Cádiz. Un día cargado de ilusión en todos los que amamos la fiesta de la Semana Santa, y los aplausos, comenzaron como no, en la Alameda.
Ante un día radiante con el sol en el cielo, sin necesidad de mirar partes meteorológicos, la hermandad que preside Ignacio Ortiz, puso puntualmente su Cruz de Guía bajo el dintel del Carmen a las 14h30, para instantes después comenzar a avanzar por la Alameda buscando la plaza de Mina.
El trasiego de niños pequeños, algunos vestidos de hebreos y portando la tradicional palma del Domingo de Ramos, anunciaban que Jesús de la Paz en su Real y Triunfal entrada en Jerusalén estaba a punto de salir a las calles. Los Hermanos Martín, capataces del paso de misterio se disponían en la delantera a realizar las maniobras oportunas.
El paso al hombro y muy poquito a poco asomaba esa delantera dorada con esos rayos de sol que alumbraban a un Señor de la Paz un poco más centrado en el paso – gracias al estreno de los nuevos candelabros de guardabrisas – y el sonido de la corneta de la Agrupación Musical Polillas hizo estallar en un caluroso aplauso a la vez que sonaba el Himno Nacional. Seguidamente, y como es tradicional, esta formación – de aniversario siendo 25 Años ya desde su fundación – interpretó Nuestro Padre Jesús de la Paz, marcha dedicada al titular de la cofradía del mentidero.
Posteriormente, el paso siempre de frente avanzó buscando la mencionada plaza de Mina a través de la Alameda y la calle Calderón de la Barca para así dar salida al cuerpo de hermanos penitentes, ahora con cera, que acompañaban a la Virgen del Amparo. Una representación del colegio Argontonio salía en el cortejo, debido al hermanamiento que han vivido tanto la cofradía como la institución. Minutos pasaban de las 15h10, cuando el palio de la “guapa” de Cádiz a las órdenes de José Julio Reyeros salía a las calles mientras la Banda de Pedro Álvarez. A la recogida, pasada las 11h de la noche, la Virgen cuadrilla tuvo en gesto de despedida de la Alameda, haciendo un giro de 360º una vez llegada a la confluencia de la calle Bendición de Dios mientras sonaba la marcha La Caridad del Arenal. El palio entro con los primeros compases del trío de Pasa la Virgen Macarena y el Himno Nacional.
Por el paseo marítimo, como viene siendo habitual en los últimos años discurrió la cofradía salesiana de Jesús Despojado. Un cortejo cada año más largo con un verdadero barco que desde Salesianos llega al centro a través del Campo del Sur. Sones tras él, de la conocida en el argot musical como “la Trianera del Norte”, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Victoria de León. Con su singular doble paso, realizó su estación de penitencia alternando con el paso normal acompañado por un paso de tambor favoreciendo andar largo del paso, y una vez en el centro desangrar el repertorio musical.
Desde Santo Domingo partió como es tradicional, la Sagrada Cena. Un cortejo, cada vez más grande precedía al Señor del Milagro que a los sones por primera vez en Semana Santa de Cornetas y Tambores desde Coria del Rio, por parte de la Banda del Gran Poder de esta sevillana localidad. Tras los problemas acontecidos del año pasado tanto con la cuadrilla como con la banda, Antonio de la Jara fue el encargado de guiar este paso, que estrenaba el frontal del mantolín bordado y con un andar muy elegante. Sones clásicos Cristo del Amor, Soledad de San Pablo, conformaron algunas de las partituras que sonaron tras el misterio.
Después de un año de ausencia debido a los problemas con las Juntas de Gobierno, las Penas volvía a salir a la calle. Un tremendo aplauso en la calle Sagasta estalló cuando las puertas de San Lorenzo se abrieron y la Cruz de Guía de este Archicofradía salía buscando Hospital de Mujeres. Manuel Ruiz Gené, que inauguraba el término Capataz General, comandaba la siempre complicada maniobra de sacar los pasos de San Lorenzo a la calle. Sones de Cornetas y Tambores llenaban la calle Sagasta aunque primeramente, tras la Marcha Real, sonó Señor de las Penas de Enrique Galán por parte de la Filarmónica de Conil, formación que acompañaba al palio de la Virgen de la Caridad.
Minutos más tarde, asomó un palio cuajado de estrenos, bajo la cual iba la imagen que tallase Álvarez Duarte. Con un nuevo bastidor del palio, un sobretecho diseño de Juan Antonio Verdía así como la realización de José Antonio Rodríguez Dávila así como la Glorias del palio, realizada al óleo sobre tabla, réplica de la que se encuentra en la Capilla del Pilar y donada por nuestro hermano Miguel Ángel García Saucedo. Si el Cristo salió con su marcha, la Virgen no fue menos y salió con la marcha de Juan Antonio Verdía, La Caridad de Tus Penas.
El clasicismo del Domingo de Ramos siempre vendrá desde San Agustín, y con la Humildad y Paciencia. Ese paso de misterio comandado por Paco Álvarez a los sones también de cornetas y tambores con un exorno de claveles rojos.  
Y como no podía ser de otra forma, el palio de la Amargura. Posiblemente de los más elegantes que haya en procesionando en Cádiz (desde la opinión del que hace esta crónica) y como es también tradicional, esa primera maniobra para encarar San Francisco con la marcha, himno de la Semana Santa andaluza, Amarguras por parte de la banda de música del Nazareno de Rota.