El día de ayer fue algo impresionante. Una nueva
jornada completa donde la ni mirar al cielo tuvimos con la salvedad de un poco
de viento de levante pero que en absoluto deslució la jornada.
Tuvimos la suerte de ver la salida de la Palma. Un
bullicio de gente en el barrio de la Viña que explotó en un aplauso cuando el
portón de la parroquia de la Palma se abrió. Filas de penitentes antecedían al
Crucificado de la Misericordia.
Con un paso dorado en su frontal y tras la difícil
maniobra de salida, al izarse el Crucificado para erguirse sobre el paso, los
sones de la Marcha Real interpretados por la BCT Santísimo Cristo de la
Vera-Cruz de Utrera lo iban acompañando. Tras ellos, sones trianeros de Medea
primero y Abrazado a Triana posteriormente introdujeron al misterio por la
calle Virgen de las Penas camino de la plaza Pinto.
Tras él, largas filas de penitencia que abrirían las
filas de penitentes que acompañaban a María Santísima de las Penas. Sones del
Himno Nacional acompañan la complicada maniobra de salida así como una salva de
aplausos y vítores hacía la Virgen, la Reina de la Viña. Su marcha, Virgen de
las Penas, del maestro Abel Moreno, y otros sones clásicos de Pasan los
Campanilleros acompañaron los primeros metros del palio en la calle comandados
por el veterano Ramón Velázquez, llevado como siempre de una forma ejemplar.
Desde San Francisco salían ayer tanto el Nazareno
Blanco como Vera-Cruz. El susto se dio en
la salida el Nazareno del Amor. La maniobra siempre complicada de salida de un
paso tuvo en pequeño problema cuando se excedió en levantar el paso demasiado
pronto, provocando que la cruz, en su parte superior, chocará contra el dintel
de la puerta de San Francisco. Se temió por la estabilidad tanto de la cruz
como de algún desperfecto en la imagen del Señor. Al llegar a Catedral, Luis
González Rey se subió al paso y comprobó que solo se había movido la cruz de su
anclaje. Él lo ajusto y todo siguió con normalidad.
Tras el Nazareno, su madre, la Virgen de la
Esperanza. Con sones de Paz y Amparo transcurrió por la Plaza de San Agustín y
en un paseo triunfal que acabó, como es tradicional en esta corporación, con el
encuentro de los dos pasos en la plaza de San Francisco, convirtiéndola en una
de las entradas más concurridas de la Semana Santa y que no deben perderse.
Desde el Carmen salió Jesús en su Prendimiento.
Nuevamente se repitió la estampa del año pasado. Jesús Prendido en el antiguo
paso de la Archicofradía de Columna debido a los desperfectos ocasionados por
la lluvia en el dorado de la corporación del Lunes Santo en enero de 2013.
Sones de Sagrada Cena tras el misterio que avanzaba
por la alameda camino de la plaza de Mina. Posteriormente ese siempre
característico palio azul turquesa de la Virgen del Patrocinio. Con un andar
muy elegante seguía los pasos de su hijo a los sones de Reina del Mar de Abel
Moreno, interpretadas por, en nuestra opinión, una de las mejores bandas que
acude a la Semana Santa de Cádiz, la Filarmónica de Conil. Bonito detalle tuvo
la cofradía al interpretar en Palillero, Señor de las Penas en homenaje a la
hermandad que este año no ha podido salir a procesionar.
El punto sobrio como cada Lunes Santo vino
nuevamente desde San Francisco. Desde allí y puntualmente a las 19h40 se
abrieron las puertas del convento para que la Vera-Cruz comenzase su estación
de penitencia. Sones de capilla abrían el cortejo con la Cruz de Guía más
antigua de la Semana Santa.
Recostado sobre su paso, salió el Crucificado de la
Vera-Cruz, con un aplauso que se intento apaliar. No es preceptivo aplaudir a
un cortejo de negro. Una vez erguido, el paso comandado por Benito Jodar,
comenzó a andar a “paso horquilla” siendo el primero de la Semana Santa que lo
hace.
Como siempre es espectacular la salida del palio de
la Virgen de la Soledad. Para el que no tenga la suerte de conocer esta salida,
los cargadores se salen de la iglesia y empujan del mismo con unas cuerdas
amarradas al paso y por igual tiran para sacar este portentoso palio. Los sones
del Himno Nacional acompañaron la salida y comenzó la maniobra de levantar el
paso para colocarles las patas y liberar las ruedas. Este año, se hizo de una
sola vez y no en dos tiempos (primero la trasera y luego la delantero) ahorrándose
mucho tiempo en la misma.
Cuando Joaquín Cortes ordenado levantar el paso, los
sones destemplados de la banda de Chiclana, Enrique Montero, comenzaron hasta
que sonó el plato, marcando el inicio de la marcha Soledad de Escobar con la
que la Virgen se adentró en la calle San Francisco.El día de ayer fue algo impresionante. Una nueva
jornada completa donde la ni mirar al cielo tuvimos con la salvedad de un poco
de viento de levante pero que en absoluto deslució la jornada.
Tuvimos la suerte de ver la salida de la Palma. Un
bullicio de gente en el barrio de la Viña que explotó en un aplauso cuando el
portón de la parroquia de la Palma se abrió. Filas de penitentes antecedían al
Crucificado de la Misericordia.
Con un paso dorado en su frontal y tras la difícil
maniobra de salida, al izarse el Crucificado para erguirse sobre el paso, los
sones de la Marcha Real interpretados por la BCT Santísimo Cristo de la
Vera-Cruz de Utrera lo iban acompañando. Tras ellos, sones trianeros de Medea
primero y Abrazado a Triana posteriormente introdujeron al misterio por la
calle Virgen de las Penas camino de la plaza Pinto.
Tras él, largas filas de penitencia que abrirían las
filas de penitentes que acompañaban a María Santísima de las Penas. Sones del
Himno Nacional acompañan la complicada maniobra de salida así como una salva de
aplausos y vítores hacía la Virgen, la Reina de la Viña. Su marcha, Virgen de
las Penas, del maestro Abel Moreno, y otros sones clásicos de Pasan los
Campanilleros acompañaron los primeros metros del palio en la calle comandados
por el veterano Ramón Velázquez, llevado como siempre de una forma ejemplar.
Desde San Francisco salían ayer tanto el Nazareno
Blanco como Vera-Cruz. El susto se dio en
la salida el Nazareno del Amor. La maniobra siempre complicada de salida de un
paso tuvo en pequeño problema cuando se excedió en levantar el paso demasiado
pronto, provocando que la cruz, en su parte superior, chocará contra el dintel
de la puerta de San Francisco. Se temió por la estabilidad tanto de la cruz
como de algún desperfecto en la imagen del Señor. Al llegar a Catedral, Luis
González Rey se subió al paso y comprobó que solo se había movido la cruz de su
anclaje. Él lo ajusto y todo siguió con normalidad.
Tras el Nazareno, su madre, la Virgen de la
Esperanza. Con sones de Paz y Amparo transcurrió por la Plaza de San Agustín y
en un paseo triunfal que acabó, como es tradicional en esta corporación, con el
encuentro de los dos pasos en la plaza de San Francisco, convirtiéndola en una
de las entradas más concurridas de la Semana Santa y que no deben perderse.
Desde el Carmen salió Jesús en su Prendimiento.
Nuevamente se repitió la estampa del año pasado. Jesús Prendido en el antiguo
paso de la Archicofradía de Columna debido a los desperfectos ocasionados por
la lluvia en el dorado de la corporación del Lunes Santo en enero de 2013.
Sones de Sagrada Cena tras el misterio que avanzaba
por la alameda camino de la plaza de Mina. Posteriormente ese siempre
característico palio azul turquesa de la Virgen del Patrocinio. Con un andar
muy elegante seguía los pasos de su hijo a los sones de Reina del Mar de Abel
Moreno, interpretadas por, en nuestra opinión, una de las mejores bandas que
acude a la Semana Santa de Cádiz, la Filarmónica de Conil. Bonito detalle tuvo
la cofradía al interpretar en Palillero, Señor de las Penas en homenaje a la
hermandad que este año no ha podido salir a procesionar.
El punto sobrio como cada Lunes Santo vino
nuevamente desde San Francisco. Desde allí y puntualmente a las 19h40 se
abrieron las puertas del convento para que la Vera-Cruz comenzase su estación
de penitencia. Sones de capilla abrían el cortejo con la Cruz de Guía más
antigua de la Semana Santa.
Recostado sobre su paso, salió el Crucificado de la
Vera-Cruz, con un aplauso que se intento apaliar. No es preceptivo aplaudir a
un cortejo de negro. Una vez erguido, el paso comandado por Benito Jodar,
comenzó a andar a “paso horquilla” siendo el primero de la Semana Santa que lo
hace.
Como siempre es espectacular la salida del palio de
la Virgen de la Soledad. Para el que no tenga la suerte de conocer esta salida,
los cargadores se salen de la iglesia y empujan del mismo con unas cuerdas
amarradas al paso y por igual tiran para sacar este portentoso palio. Los sones
del Himno Nacional acompañaron la salida y comenzó la maniobra de levantar el
paso para colocarles las patas y liberar las ruedas. Este año, se hizo de una
sola vez y no en dos tiempos (primero la trasera y luego la delantero) ahorrándose
mucho tiempo en la misma.
Cuando Joaquín Cortes ordenado levantar el paso, los
sones destemplados de la banda de Chiclana, Enrique Montero, comenzaron hasta
que sonó el plato, marcando el inicio de la marcha Soledad de Escobar con la
que la Virgen se adentró en la calle San Francisco.
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